(Miaminews24).- Precisamente por esto quiso engañar al quirófano; porque sabía que corría el riesgo de someterse al homólogo del asfixiadero de Agatha Trunchbull para un jugador de baloncesto: un largo larguísimo periodo de baja. Su tobillo deja fuera de juego a su portador hasta nuevo dígito. No disfrutaremos de Dion Waiters en todo su esplendor hasta 2019.
La semana pasada el escolta de los Miami Heat asumió la realidad, y esta era que no había rodeo posible. El tobillo era el culpable de que se perdiera los 13 últimos partidos de la 2016/17 y que volviera a estar fuera de la rotación desde el pasado 22 de diciembre.
La franquicia ha informado, y se hace eco el Miami Herald, que Waiters se someterá a la operación hoy mismo, y el propio jugador adelanta que el periodo de recuperación oscilará entre los 8 y 10 meses, por lo que no volveremos a verle a pleno rendimiento hasta el invierno próximo.
La “herencia” de la lesión
Ahora toca decidir qué hacer con la Disabled Player Exception. En Florida, una vez se la concedan, deberán activarla (por valor de 5,5 millones de dólares) antes del 12 de marzo. De todos modos, se les abren dos vías de amortización.
- Una es negociar con ella antes del cierre de mercado el próximo 8 de febrero.
- La otra es, si descartan la primera opción, la de conservarla y ver qué jugadores interesantes son cortados (o mediante buyout); algo que ocurrirá antes del 1 de marzo para que puedan ser elegidos por otras franquicias para disputar playoffs.
Waiters cierra así de manera precipitada un año que se dibujaba muy prometedor; como el de su explosión definitiva. Pat Riley apostó fuerte por él —52 millones en cuatro años— y deberá armarse de paciencia para recoger sus frutos.
El shooting guard, pues, clausura el curso con 30 partidos disputados y 14,3 puntos de media, 3,8 asistencias y 2,3 rebotes en 30,6 minutos. Ni que decir tiene que pierde el bonus de 1,1 millones que contemplaba su contrato si jugaba al menos 70 partidos esta temporada.
Fuente: nbamaniacs.com