(Miaminews24).- En la zona norte del Condado Miami-Dade, donde ha habido numerosos tiroteos en las últimas dos semanas, hubo siete víctimas más en tres incidentes separados el martes por la noche.
En uno de los incidentes, la policía informó que al menos dos personas armadas salieron de detrás de una casa y abrieron fuego indiscriminadamente contra un grupo que estaba en el jardín delantero de la vivienda. Cinco personas resultados lesionadas, entre ellas un joven y una mujer. Se espera que todos sobrevivan.
Un poco antes y a unas 15 cuadras de distancia, un hombre que sufría algún tipo de enfermedad se suicidó en el vestíbulo del Northshore Regional Hospital antes que pudieran ingresarlo, informó la policía. Y poco después de la medianoche, un hombre fue encontrado muerto de un disparo frente al complejo de viviendas públicas Liberty Square. Esa persona tampoco ha sido identificada.
“Sí, parece que hemos tenido más tiroteos en las últimas semanas”, dijo la detective Robin Pinkard, portavoz de la Policía de Miami-Dade. “En este momento no sabemos si estos casos tienen relación entre sí. Los estamos investigando por separado”.
Los incidentes del martes continuaron una tendencia sangrienta en el noroeste de Miami-Dade que comenzó hace menos de dos semanas y que ha costado la vida a dos adolescentes.
Claudel Pinder, de 17 años, uno de seis menores en su familia, fue abatido en el Trinidad Trailer Park, 8202 NW Miami Ct., el 16 de diciembre poco después de las 8 p.m.. Testigos dijeron que el agresor huyó en un Jaguar blanco.
Cinco días después, un joven de 16 años a quien la policía no identificó, fue abatido a tiros en una gasolinera Citgo en NW 103 Street y 12 Avenue. La Policía informó que el joven estaba en el asiento del copiloto de un Honda cuando le dispararon desde otro vehículo.
Entonces, el día de Nochebuena, mientras discutía con Jonathan Soto, de 23 años, dentro del Tropicana Bar, en NW 79 Street y 10 Avenue, Cornelius Goodman, de 31 años, sacó un arma y mató a Soto, dijo la Policía. Goodman fue capturado y acusado de asesinato en segundo grado.
Con la excepción de Goodman, ninguno de los agresores ha sido capturado.
Eran pasadas las 8 de la noche del martes cuando avisaron a la Policía de un tiroteo frente a una casa en 1775 NW 86 Terrace. Cuando llegaron, las víctimas se habían marchado del lugar. La Policía dijo que logró reunir a las víctimas, quienes fueron transportadas al Hospital Jackson Memorial con lesiones que no ponen su vida en peligro.
Los agresores, según el detective Lee Cowart, portavoz de la Policía de Miami-Dade, salieron de detrás de la vivienda y huyeron a pie tras disparar contra el grupo.
Cowart dijo que es posible que otras personas hayan sido heridas también, pero hasta el miércoles por la mañana las autoridades no habían recibido ningún informe de víctimas de disparos de ningún hospital, como lo exige la ley. Los agresores no han sido capturados y el miércoles la Policía no había dado a conocer ningún motivo.
Los lesionados —la mayoría fueron heridos de bala de la cintura para abajo— tienen entre 17 y 23 años.
Tres son adolescentes, otra es una mujer adulta y hay un hombre adulto también. El miércoles por la mañana la policía dio a conocer la mayoría de los nombres: Taurean Neal, de 22 años; Jada Miller, de 20; Antwon Brown, de 19 y Ulysses Britt, de 18. La Policía no identificó al joven de 17 años.
Los detectives están investigando si el tiroteo del martes por la noche, ocurrido en la casa de la familia Wright, está relacionado con el asesinato no resuelto el verano pasado de una persona que vivía allí.
Giovanni Wright, cuya madre todavía vive en la casa de NW 86 Terrace, fue ultimado a tiros en Miami Gardens el verano pasado. Wright estaba conduciendo un vehículo cerca de NW 181 Street y 7 Place cuando alguien abrió fuego contra él. Su muerte sigue sin esclarecerse.
El estallido de violencia más reciente en la zona, junto con la muerte a tiros de Carnell Williams-Thomas, de 2 años, hace dos semanas en el suroeste de Miami-Dade, provocó otra ofensiva de tuits de líderes de la comunidad. Carnell perdió la vida por una bala perdida mientras jugaba con amigos frente a su casa en Goulds.
“Tenemos que comportarnos mejor”, tuiteó Katherine Fernández Rundle, fiscal estatal de Miami-Dade. “No podemos permitir que estos tiroteos sigan sucediendo. 5 personas pasarán el comienzo del Año Nuevo en el hospital y el asesinato del pequeño Carnell Williams sigue en la calle. No se queden callados. Respondan como si estas víctimas fueran familiares de ustedes”.
Fuente: Miami Herald