(Miaminews24).- El bitcoin ha superado en las últimas horas la barrera de los 9.400 dólares, en lo que supone un nuevo récord de cotización para la moneda virtual. Sin embargo, los datos no convencen a todos los analistas. «Llamarlo moneda o activo de inversión me parece exagerado», ha asegurado este lunes Diego Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank España en la presentación de las perspectivas de inversión de la firma.
Jiménez-Albarracín admite que «está de moda» y que «puede resultar atractivo para los inversores más arriesgados», pero no es una opción para el departamento que lidera: «tiene muchísimo riesgo y una volatilidad del 100%, lo que supone que puede pasar a no valer nada en apenas diez minutos». Coincide en este diagnóstico su compañera Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, que acentúa incluso sus consecuencias en función de las decisiones que puedan tomarse en países como Estados Unidos: «en cuestión de segundos, podría valer cero, es decir, los inversores perderían su dinero».
De acuerdo con sus pronósticos, los principales riesgos que tendrá que afrontar la economía en el próximo año son de carácter geopolítico: la amenaza de nuevos comicios en Alemania si Angela Merkel no consigue formar gobierno, las elecciones en Italia, el futuro de las negociaciones del Brexit y, en el caso concreto de España, la situación en Cataluña.
A juicio de Jiménez-Albarracín, la tensión política se ha reflejado en un freno en el consumo, el turismo y la inversión autonómica en el tercer y el cuarto trimestre de este año, pero sus efectos no deberían ir más allá en 2018, tras la cita con las urnas del 21 de diciembre. Ese impacto ha provocado que la firma modere sus expectativas de crecimiento nacional para 2018: «Antes del verano habríamos previsto un aumento del PIB de España del 2,7% y ahora lo situamos en el 2,5%», han asegurado los responsables de la firma en España. Los efectos, en cualquier caso, se localizarán más en el ámbito autonómico que nacional.
Optimismo global
A nivel global, la postura de Deutsche Bank es «optimista» y contempla una «cierta aceleración» de la economía mundial, que pasará de crecer un 3,7% en 2017 a un 3,8% en el próximo ejercicio, debido al avance de los principales indicadores en EEUU, Europa, Japón y los países emergentes.
Respecto a Estados Unidos, la reforma fiscal impulsada por Donald Trump será uno de los hitos que marcará los próximos meses. Tras un periodo de negociación más largo de lo inicialmente previsto, Deutsche Bank cree que su aprobación podría producirse antes de comienzos de año y «supondrá un espaldarazo para su economía», afirma Rosa Duce. Para el país norteamericano, la entidad revisa al alza sus previsiones para 2017 (desde el 2,2% hasta el 2,3%) y cifra en 2,3% su pronóstico para 2018.
En Europa, los buenos indicadores de consumo, empleo, gasto público e inversión empresarial explican el aumento del 1,8% al 2% en las estimaciones del PIB regional del próximo año. Además, en el ‘Viejo Continente el mercado estará especialmente pendiente del Banco Central Europeo (BCE) y sus decisiones sobre la retirada de estímulos fiscales. «Creemos que la Eurozona se encuentra en un ciclo económico unos años atrás del de EEUU. No esperamos subidas de tipos del BCE hasta, como muy pronto, el primer trimestre de 2019, pero sí anticipamos que pondrá fin a su programa de compra de deuda en la segunda parte de 2018», asegura Duce.
Divisas y renta fija
Por el contrario, creen que la Fed llevará a cabo, al menos, dos subidas de tipos en el próximo ejercicio, sin descartar la posibilidad de una tercera. El resultado de las decisiones de una y otra autoridad monetaria se reflejaría directamente en el mercado de divisas, en el que aventuran que el euro oscilará entre el 1,15 y 1,2 dólares.
En cuanto a la renta fija, Las previsiones de la entidad sobre los bonos soberanos a 10 años se mantienen intactas:un 2,6% para Reino Unido, un 0,8% para Alemania, un 1,4% para Reino Unido y un 0,1% para Japón.
«El incremento de la inflación y la normalización gradual de la política monetaria deberán impulsar las rentabilidades», ha dicho Jiménez-Albarracín. Por otra parte, se espera que el crecimiento a nivel global, la baja probabilidad de una recesión y los robustos resultados corporativos resulten en una compresión de los diferenciales de crédito corporativos. En cuanto a los bonos de alto rendimiento (high yield) los analistas del banco consideran que los europeos tienen menos atractivo que los estadounidenses dado que las valoraciones son menos favorables en Europa.
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