Costas, altiplanos y el sur de África, destinos migratorios del futuro

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(Miaminews24).- Hacia las costas, los altiplanos y el sur de África se irá desplazando la población rural de ese continente en un futuro hipotético a medida que aumenten las temperaturas como consecuencia del cambio climático.

Los llamados «refugios seguros» dependerán mucho de las condiciones locales y del modelo de desarrollo que adopten los países, pero si hay que apostar por algo, el experto Robin Bourgeois cree que «el futuro en África subsahariana estará en el sur».

Este investigador del Centro para el estudio de la innovación en la gobernanza (GovInn), de la Universidad sudafricana de Pretoria, ha investigado la dinámica de los flujos rurales africanos.

Frente a la atención puesta en los movimientos hacia Europa, él prefiere centrarse en otro fenómeno mucho más numeroso: el de la migración que no sale de África.

En 2015 unos 33 millones de africanos vivían fuera de sus países de origen, según cifras de la ONU, que resalta que un 75 % de los subsaharianos en esa situación se quedaron dentro de su continente.

Un reciente informe del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trata de vaticinar hacia dónde irán en el futuro esas personas.

Bourgeois, que ha contribuido en la publicación, señala a Efe que «probablemente se moverán a países donde encuentren lugares seguros» que, no obstante, pueden dejar de serlo si la migración se vuelve masiva y la competencia por los recursos acaba siendo insostenible.

Se espera que, con el calentamiento global, opten por zonas más frías como las altas llanuras, las costas y el sur del continente.

El cambio climático no es lo único que influye. «A menudo está combinado con condiciones locales que lo convierten en un factor adicional de migración en las zonas rurales», apunta el especialista.

Destaca la posición de Sudáfrica como un centro económico y de estabilidad política que «atrae a personas del centro y del sur del continente», mientras que Nigeria -pese a su potencial económico- cada vez es «más frágil».

Si algo muestra el informe es la diversidad de los modelos migratorios actuales. En Madagascar, por ejemplo, casi todas las personas se desplazan dentro de la isla en busca de recursos y oportunidades de trabajo.

Y existen importantes polos de atracción regional como Costa de Marfil, Nigeria, Kenia y Etiopía en el este y el oeste del continente.

En otros países los lazos históricos con las antiguas metrópolis coloniales pesan especialmente. El 45 % de los migrantes internacionales de Senegal marchan a Europa, un destino que es más común en el norte de África que en el sur.

La experta de la FAO Cristina Rapone insiste en que la mayoría de los africanos se mueven dentro de sus países, tanto del campo a la ciudad como entre zonas rurales, esto último de forma estacional en función del calendario agrícola o buscando condiciones más favorables.

«En África ha habido un proceso de urbanización sin industrialización», asegura Rapone, para quien la falta de oportunidades laborales ha obligado a la gente a desplazarse, aunque, sin recursos, muchos se ven atados a sus lugares de origen.

La pobreza, la inseguridad o la falta de servicios son otros de los aspectos que impulsan la migración, por lo que Rapone aboga por invertir en la agricultura y el desarrollo de las zonas rurales para que los africanos puedan cumplir allí sus aspiraciones.

Además, reclama gestionar mejor la migración, un fenómeno «positivo» que contribuye a las economías de los países de destino y de origen, ya sea con remesas, el traspaso de tecnología o actividades productivas.

Como recuerda Bourgeois, las transferencias de dinero dan estabilidad a muchas familias en África y quien decide migrar suele apoyarse en las redes sociales, las prácticas y las raíces que las comunidades van echando en otros muchos sitios.

Un movimiento imparable al que tampoco serán ajenos los 220 millones de jóvenes africanos del campo que, según los cálculos, se incorporarán al trabajo laboral en los próximos quince años.

Con información de EFE.

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