(Miaminews24).- Ricardo Pablo Pedro nació en la región zapoteca de Oaxaca, un lugar en donde según el joven de 26 años, hay una ley: naces pobre y mueres pobre. Sin embargo, él busca ser la excepción.
A pesar de su corta edad, este químico egresado de la UNAM se encuentra en la recta final de su doctorado en dicha área y actualmente está becado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que es nada más ni nada menos que la mejor universidad del mundo, según el QS Top Universities.
Por sus logros académicos, Ricardo Pablo Pedro recibió este martes el Premio Nacional de la Juventud 2017 en la categoría B, en la cual compiten jóvenes de entre 18 y 29 años. Pero, ¿qué hay detrás de este joven?
DE OAXACA PARA EL MUNDO
Ricardo nació en la región zapoteca de Oaxaca y su infancia la vivió entre dicho estado y Morelos.
Desde temprana edad, este joven descubrió el valor del trabajo. “De niño vendí limones, aguacates en la mina. Mi mamá fregaba pisos para mantener a mis seis hermanos”, aseguró Ricardo durante su discurso al recibir este martes el galardón que le otorgó el Imjuve.
Su niñez, narró, estuvo llena de carencias tanto económicas como familiares.
“Sé lo que es tener hambre y sólo tener un bolillo y agua para comer y beber. Sé lo que es tener a la familia separada. Nunca me he sentado junto con mis cinco hermanos a comer. Todos han emigrado de México en distintos momentos”
Según contó Ricardo al Conacyt, desde temprana edad se dio cuenta de que sus logros académicos podrían jugar un papel relevante y tangible en su vida para superar la pobreza y ayudar a su familia.
“Cuando llegué a la prepa me iba bien en la escuela. Pero no lo hacía por presumir, lo hacía porque a pesar de que iba en escuela de gobierno siempre hay una pequeña cuota y si sacabas 10 en el semestre, como premio no pagabas. Yo no podía pagar, yo no tenía recursos para pagar eso, así que le echaba ganas”
Fue así como este químico llegó a la mejor universidad del país. Ricardo ingresó a la Facultad de Química de la UNAM. De ahí, las puertas del mundo se le abrieron a este joven.
Desde hace cuatro años, Ricardo estudia un doctorado en el MIT, universidad a la cual ingresó mediante una beca otorgada por el Conacyt a la cual posteriormente renunció, pues gracias a su desempeño académico logró acceder a un paquete de estímulos económicos por parte de la institución estadounidense, en donde prevé concluir sus estudios de posgrado en 2018.
““Esas becas se pueden usar para otro mexicano, es parte de ser congruente y ayudar a tu país”
‘ME HAN DICHO INDIO HUARACHUDO’
A pesar de sus logros, Ricardo no pierde su identidad ni olvida sus raíces, a pesar de que ha sido víctima de la discriminación.
“Me dicen indio huarachudo. Yo digo: mis huaraches me han acompañado por el mundo. En la vida hay que llevar las raíces”
Además, asegura, su familia, sus amigos y sus ganas de superarse han estado siempre a su lado.
¿UN VIAJE SIN RETORNO?
Ricardo tiene claro que no es preciso su regreso a México para ayudar al país, según comentó para el Conacyt.
Ante ello, el joven tiene claro cómo ayudar al país:
“Quiero dedicarme a la divulgación de las ciencias en comunidades rurales (…) La ciencia toma muchos años, tiene su arte de entenderlo y tiene todo un proceso. Aunque para algunas personas solo es un salario, la importancia de hacer ciencia es la gran contribución que vas a hacer a la sociedad”
La hermana de Ricardo tiene cáncer cerebral, por ello, además de su salario como investigador, el joven trabaja también en la limpieza de departamentos para pagar el tratamiento que recibe en Estados Unidos.
UNO NO ELIGE DÓNDE NACER, PERO…
“Soy el único mexicano de origen indígena en el MIT. Uno no puede decidir dónde nace, pero sí dónde puede morir”
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