(Miaminews24).- En las noches tenía que dormir en el piso del apartamento de sus empleadores, en un lujoso barrio de la ciudad.
Por casi dos años, trabajó con una familia que le pagó $3 la hora, por jornadas de hasta 13 horas al día
Sus jefes también le negaron acceso a atención médica, vigilaban sus comunicaciones y le advirtieron que si hablaba con otras personas sobre sus condiciones de trabajo, corría el riesgo de ser deportada a Colombia, de donde había llegado con una visa temporal patrocinada por la familia que la empleó.
Cuando por fin superó su miedo, una noche de finales de octubre del 2016 Ana (seudónimo) recogió sus documentos, dos mudas de ropa y se marchó.
Denunció a sus empleadores y empezó a colaborar con las autoridades federales en una investigación, que eventualmente determinó que era víctima de abusos laborales.
Pero unos meses después de irse de la casa donde fue maltratada, agentes de Aduanas e Inmigración la arrestaron.
“Es la peor situación que me ha tocado vivir”, contó Ana en una breve entrevista telefónica desde Broward Transitional Center, un centro de detención de inmigrantes en Pompano Beach, donde permanece desde junio.
El Nuevo Herald no está publicando su nombre real porque Ana teme represalias contra ella y sus dos hijos menores, que permanecen en Colombia.
Ella está solicitando una visa de protección de víctimas pero su caso no está resuelto
Para abogados y activistas, el caso de Ana resalta incongruencias en el gobierno federal. Por un lado el Departamento del Trabajo la considera como una víctima de tráfico humano que necesita ser protegida.
Por otra parte ha permanecido meses detenida bajo la custodia de otra agencia federal —la policía de inmigración o ICE.
Desde su detención hace más de cuatro meses, abogados de organizaciones sin fines de lucro que representan a Ana han intentado que esta sea liberada mientras el Departamento de Trabajo investiga el caso.
Pero un juez de inmigración se negó por meses a otorgarle fianza, argumentando que representaba un “riesgo de fuga” porque la policía de Miami estaba procesando una acusación por un supuesto robo—interpuesta por la misma familia que presuntamente la victimizó.
Por: Brenda Medina
Fuente: El Nuevo Herald
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