(Miaminews24).- No había pasado una semana desde que el huracán María dejará a Puerto Rico casi destruido y Stephanie Santiago ya se estaba quedando sin leche para su hija de 3 años. Además, a la pequeña Wilyanielis se le llenó la piel de ronchas rojas, una alergia que desarrolló por el calor y la humedad.
“No es solo que se estaba acabando la leche, es que tampoco quedaba nada en los pocos supermercados abiertos y se estaba acabando también el dinero en efectivo”, contó Santiago, quien vive en Carolina, al este de San Juan, y tiene otra hija de 6 meses. “¿Cómo le explicas eso a una niña?”
A la tercera noche de escuchar los llantos de sus hijas, Santiago tomó la misma decisión que han tomado muchos boricuas desde la catástrofe: ir al aeropuerto de San Juan y subirse en el primer vuelo disponible a Estados Unidos continental.
Fuente: El Nuevo Herald