(Miaminews24).- Cuando Luis Ramírez pudo por fin comunicase con su madre en México tras el poderoso terremoto del martes, supo que la casa donde ella vivía resultó tan dañada que tendrán que demolerla.
Ramírez sopesó tomar un avión desde Nueva York para ayudarle a encontrar una nueva casa, pero era demasiado arriesgado ahora que un programa estadounidense que lo protegía de la deportación está a punto de ser cancelado.
Trató de enviar algo de dinero, pero la oficina de transferencias a la que llegan sus transferencias cerró porque se dañó tras el terremoto de magnitud 7.1 que azotó su natal estado de Morelos el 19 de septiembre.
«La situación me come vivo porque no puedes hacer nada», comentó
El terremoto que dejó unas 300 personas muertas y destruyó decenas de edificios en México desató una respuesta frenética entre las comunidades de migrantes en todo Estados Unidos.
La gente trató de contactar a sus seres queridos, hallar formas de enviar ayuda, dinero y bienes de emergencia, así como recaudar fondos para localidades más pequeñas alrededor de la capital mexicana y que, dicen ellos, están recibiendo menos apoyo del gobierno.
Fuente: AP
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