(Miaminews24).- Desde su campaña y ahora como presidente, Donald Trump enfocó sus críticas al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés) virtualmente en un solo producto: los autos fabricados en México.
Pero en realidad dentro de las exportaciones mexicanas a los automóviles representan sólo el 28% del total.
De hecho, México vende más computadoras, teléfonos móviles, televisores, pantallas de televisión, electrodomésticos y otros productos al mercado estadunidense. Hay también productos de alta tecnología destinados a la industria aeroespacial.
Según la Secretaría de Economía actualmente muchos de los aviones de líneas aéreas internacionales tienen motores construidos, en parte, en México.
“Hay varias industrias, entre ellos la electrónica, de electrodomésticos y electrónicos como televisores celulares o equipo de cómputo”, dice Fernando Ruiz, director del Consejo Empresarial de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología. “Estos son los principales productos que nos generan superávit comercial” con Estados Unidos.
No son los autos
Un elemento central en el discurso comercial de Trump es que el TLCAN provocó un fuerte déficit de su país con los socios del acuerdo. En el caso de México es de un promedio de US$60.000 millones al año, que representa seis veces menos del déficit de Estados Unidos con China.
Un dato que pocas veces menciona Trump, especialmente en las actuales renegociaciones del TLCAN. En ese tema uno de sus argumentos más repetidos es el desempleo que, afirma, provoca la producción de automóviles en México. Pero la historia real es distinta.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía y el Banco de México (banco central), en 2016 la exportación de vehículos y autopartes a Estados Unidos tuvo un valor de US$94.000 millones. En cambio las ventas de productos electrónicos, material y equipo eléctrico y maquinaria diversa fueron de US$132.000 millones.
El producto que más producen y exportan los fabricantes mexicanos, según el banco central, son computadoras y otros equipos digitales como tabletas, con un valor el año pasado superior a US$20.000 millones. Le siguen teléfonos móviles con exportaciones de US$16.400 millones, y después pantallas de televisión que sumaron US$13.300 millones el año pasado.
Datos poco conocidos
En este producto, las pantallas inteligentes de televisión, es donde más se nota el contraste de la realidad con el discurso del presidente estadunidense. Según Pro México, el organismo gubernamental responsable de promover el comercio exterior, el país es el exportador número uno de este producto a nivel mundial. Además ocupa el cuarto sitio en las exportaciones de computadoras, micrófonos, altavoces y auriculares en todo el mundo.
En ese rango, los fabricantes de este país están en el lugar 14 de las exportaciones mundiales de teléfonos móviles. Aunque en México se fabrican para exportar a América Latina o Europa, por ejemplo, el principal comprador es Estados Unidos. Pero aunque muchos de las pantallas de televisión, computadoras, tabletas o teléfonos móviles que usan los estadunidenses los fabricaron obreros mexicanos, el tema no forma parte del debate por el comercio binacional.
Perder un ícono
Porque la producción de automóviles es vital para la economía estadunidense, responde Raymundo Tenorio Aguilar, director de la carrera de Economía en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Santa Fe.
“Es un ícono industrial para Estados Unidos como es la aeronáutica”, dice el experto. De hecho en ese país empezó la producción a escala mundial de los automóviles con los primeros modelos Ford T, al inicio del siglo pasado. Y durante décadas la industria automotriz fue uno de los elementos clave para convertir a Estados Unidos en la mayor economía del mundo.
Sin embargo, a partir de los años 80 la producción de vehículos empezó a salir paulatinamente del territorio estadunidense, no sólo a México sino a otros países. Una de las razones centrales fue el bajo costo de la mano de obra. Pero en el caso mexicano también hubo otros elementos.
El debate equivocado
Durante su gobierno el presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) estableció apoyos especiales para la industria automotriz, como arancel cero a la importación de maquinaria para fabricar vehículos en México.
Las grandes armadoras trasladaron su tecnología a este país para armar los autos que desde entonces se venden en el mercado estadunidense.
“Lo que vivimos en México fue una adopción de las mejores técnicas de producción de Estados Unidos“, dice Raymundo Tenorio. El proceso se aceleró con el TLCAN, aunque su origen fue anterior. Pero ese dato no aparece en la estrategia de campaña de Trump.
La razón es política
El presidente estadounidense necesita cumplir las ofertas que en campaña hizo a millones de sus electores, obreros o desempleados de compañías manufactureras.
Así, las críticas de la exportación de automóviles ensamblados en México es una forma de sostener el apoyo de sus electores.
Es como una bandera electoral, dice Tenorio Aguilar. “Las armadoras norteamericanas le van a decir a Trump que sí harán lo posible en recuperar puestos de trabajo”, explica. “Van a dejar pasar estos cuatro años hasta que ese señor se vaya. ¿Tú crees que van a modificar una estrategia de décadas por aceptar los estímulos efímeros de Trump?”.
Su apuesta, añade el especialista Raymundo Tenorio, es esperar cuatro años mientras concluye el gobierno de Trump. Y en ese lapso, mientras el debate se concentra en la icónica industria automotriz, el resto de la mercancía que exporta a México hacia Estados Unidos seguirá desapercibida.
Con información de BBC.
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