(Miaminews24).- El mundo del petróleo está dividido en dos campos.
Están quienes creen que el precio del crudo finalmente repuntará repitiendo el patrón de auge y contracción que define al mercado hace más de un siglo. Alineados en contra de ellos están aquellos que apuestan a que los valores desafiarán la historia y se mantendrán bajos.
A tres años del derrumbe de los precios precipitado por el crecimiento del shale estadounidense, la multitud que opina que «seguirán bajos por más tiempo» parece estar ganando. El petróleo se mantuvo cerca de u$s 50 el barril durante gran parte de 2017 y los precios para entregas de crudo dentro de varios años son un poco más altos, lo que sugiere que pocos prevén una recuperación significativa.
Lo que complica el debate es que depende de una industria del shale norteamericana que apenas tiene una década de vida y representa poco más del 5% de la oferta global. ¿Puede realmente eliminar el riesgo de un salto en el precio creciendo lo suficientemente como para cumplir con los pronósticos de mayor demanda?
«La visión de que los valores van a seguir bajos por siempre es una declaración sorprendente», dijo Jamie Webster de BCG Center for Energy Impact. «Ir desde lo que hemos tenido desde 1860 hacia esa situación en sólo tres años es un gran paso. Están diciendo que habrá una real estabilidad en el mercado petrolero debido a un mercado verdaderamente competitivo».
Cuando empezó la crisis en 2014, el mundo se vio obligado a enfrentar enormes suministros estadounidenses. Pero incluso hoy, la industria del shale es territorio desconocido para los hedge funds, petroleras, países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), e incluso los productores de shale no se ponen de acuerdo sobre el futuro.
Tener razón es importante. Los precios del petróleo dictan no sólo cuánto ganan las naciones ricas en recursos con las ventas de crudo, sino también qué tan rentables son algunas de las compañías energéticas más grandes del mundo. Eso afecta la inversión futura en producción y qué tan asegurada está la oferta.
Los que confían en que los precios se mantendrán dentro de una banda cercana a los niveles actuales creen en la capacidad y agilidad que tienen las compañías de shale norteamericanas y otros productores no convencionales para elevar la producción. La facción contraria sostiene que la retracción de la inversión desde el derrumbe de los precios creará falta de oferta justo cuando aumente la demanda, lo que hará subir los precios.
«El shale constantemente sorprende con su resiliencia», dijo Jason Bordoff, director del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia en Nueva York. «Sin embargo, todavía recién estamos en las primeras etapas de la revolución del shale, y aún hay incertidumbre sobre su magnitud y longevidad».
De la producción global total cercana a 98 millones de barriles diarios (b/d), la producción estadounidense de crudo suma 9,2 millones b/d de lo cual su segmento de shale representa apenas 5,6 millones b/d, según datos de Energía.
Esta disparidad explica el por qué los drásticos recortes de inversión en producción futura obligaron a los organismos del sector energético global y países exportadores como el líder de facto de la OPEP Arabia Saudita, a advertir sobre un inminente vacío de oferta.
Históricamente, todos los años se aprueban para su desarrollo cerca de 15.000 millones de barriles de suministro nuevo proveniente de recursos convencionales, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Esto cayó a 8000 millones en 2016 y a 5500 millones en 2016. Pese a un alza de entre 8000 y 9000 millones de barriles este año, la IEA espera que la oferta de petróleo global aún tendrá dificultades para mantener el ritmo de la demanda después de 2020.
Se calcula que el consumo de petróleo global crecerá un promedio de 1,2 millones de b/d por año hasta 2022. Los pronósticos de la IEA también incluyen el abastecimiento no convencional y las menores tasas de producción de los yacimientos existentes.
Tim Gould, analista de abastecimiento a largo plazo de IEA, admite que la oferta de shale norteamericano podría aumentar «significativamente» respecto de los niveles actuales. «pero después de eso, será difícil lograr incrementos a gran escala. Hay menos probabilidades de que pueda repuntar para cubrir cualquier vacío».
Los defensores de esta opinión, incluyendo al administrador de hedge funds Pierre Andurand, sostienen que el petróleo volverá a u$s 100 el barril.
Pero quienes confían en que el precio se mantendrá dentro de una banda estrecha no están convencidos. Aseguran que es exagerado el temor o la esperanza de que esté surgiendo un vacío de oferta y no reconocen que el suministro de shale sea una fuerza transformacional.
«El mercado petrolero de hecho nunca fue más competitivo», comentó Ed Morse de Citigroup, quien asegura que el shale norteamericano rompió la histórica estructura de mercado oligopólico.
En vez de ser la producción de la OPEP la que determina los equilibrios del mercado, el shale estadounidense es la nueva fuente de oferta receptiva. Morse aseguró que quienes niegan el shale están subestimando su potencial, desde la geología hasta la tecnología que permite extraer este petróleo.
«Simplemente no hay voluntad de comprender el shale. Es un mundo que muchos aún consideran extraterrestre», dijo Morse, que cree que probablemente el petróleo se mantenga años entre u$s 45 y u$s 65.
Fuente: El Cronista