EEUU y México dejan para tratar en septiembre sus diferencias comerciales

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(Miaminews24).- En la última jornada de negociaciones de la primera ronda para diseccionar y modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés), un trío de mesas continuaron debatiendo algunos de los temas más delicados, como el de las reglas de origen, así como otros más distendidos pero no menos importantes, como el de telecomunicaciones y la entrada temporal de personas.

Sin embargo, el objetivo de esta ronda de contactos, que comenzó oficialmente el pasado miércoles en el Hotel Marriott de Wardman Park en Washington no fue tanto limar asperezas y abordar directamente los asuntos más peliagudos sino cimentar el organigrama que garantice y respalde la viabilidad del acuerdo así como conocer las posturas de los tres países implicados: EEUU, México y Canadá.

Al menos así lo explicó a elEconomista un alto funcionario implicado en las conversaciones, quien aseguró que el asunto sobre las reglas de origen, donde EEUU no terminó de aclarar su posición, especialmente para la industria automotriz, así como la resolución de conflictos, entre otros, tendrán que tratarse con mayor profundidad en próximos encuentros. La segunda ronda tendrá lugar en la ciudad de México del 1 al 5 septiembre con un tercer encuentro proyectado en Canadá a finales del mismo mes.

En el comunicado conjunto emitido al cierre de las reuniones se puso de manifiesto como el representante comercial de EEUU, el embajador, Robert Lighthizer, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, y el Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, dieron el pisoletazo de salida a la renegociación y modernización del TLCAN el pasado miércoles dando lugar a cinco días completos de reuniones encabezadas por equipos de expertos en la materia que cubre más de dos docenas de temas de negociación diferentes.

«EEUU, México y Canadá hicieron presentaciones conceptuales detalladas dentro del alcance del acuerdo mientras los grupos de negociación comenzaron a trabajar para avanzar el texto y acordaron proporcionar textos adicionales, comentarios o propuestas alternativas durante las próximas dos semanas», señala el documento.

Adicionalmente, los negociadores de cada país proseguirán las consultas nacionales y trabajarán para avanzar el texto de negociación hasta finales de agosto antes de reunirse de nuevo en México a comienzos del próximo mes. «Las negociaciones mantendrán un ritmo de negociación rápido, pasando a Canadá a finales de septiembre y regresando a EEUU en octubre, con rondas adicionales planeadas para el resto del año», agregaron.

Un gran esfuerzo negociador

Mientras que este calendario requerirá durante los próximos un gran esfuerzo negociador, los tres países se mostraron «comprometidos con un proceso de negociación acelerado y amplio que mejorará nuestro acuerdo y establecerá estándares del siglo XXI en beneficio de nuestros ciudadanos».

Con la contrarreloj ya en marcha, recordemos que los negociadores buscan completar esta revisión a finales de este año o principios de 2018 para evitar que el TLCAN cobre un papel político en las elecciones presidenciales mexicanas y las legislativas en EEUU, pudo verse desde primeras horas del domingo al jefe negociador mexicano, Kevin Smith Ramos, móvil en mano y arremangado, apuntalando detalles camino a la sala donde él y sus contrapartes, John Melle, por la parte estadounidense, y Steve Verheul, del lado canadiense, en sesión continúa, recibieron la información procedente las 27 mesas organizadas durante los cinco días antes de esbozar sus conclusiones.

Aún así, las diferencias entre las tres partes siguieron en pie y sin resolución alguna. Del lado mexicano, Guajardo ya avisó que asuntos como las reglas de origen formarán parte de los «puntos álgidos» de la negociación. En estos menesteres, el sector automotriz fue el claro protagonista, especialmente en un momento en que los automóviles ligeros estadounidenses fabricados en México aumentaron un 16% en la primera mitad del año.

Lighthizer dijo buscar un «aumento sustancial» de los componentes de origen estadounidense. Hasta la fecha, las compañías que quieran beneficiarse del TLCAN deben cumplir con el requisito de contar con el 62,5% del contenido debe ser norteamericano en el caso de los automóviles y del 60% para otros productos. Durante las idas y venidas, corrillos y bambalinas de los últimos días se llegó a apuntar que EEUU buscaba incrementar esta cifra hasta el 80%, en el caso de las automotrices, incluso imponer su propia cuota de composición nacional «made in America». De todas formas, los detalles y peticiones de la delegación estadounidense no quedaron explícitamente claras en esta ronda.

El subsecretario de Comercio Exterior de México, Juan Carlos Baker, aseguró a la prensa el pasado jueves que todo cambio que se realice al respecto deberá ser por acuerdos. La posición de México en este sentido es clara. Las reglas de origen que vayan en contra de la competitividad no tienen sentido pero existe la posibilidad de revisarlas siempre y cuando se vea producto por producto y se tengan en cuenta su procedencia, precio y calidad entre otros factores.

Baker como el resto de funcionarios de alto nivel implicados en las negociaciones de estos días, han sido claros en defender que México no aceptará que se tengan que imponer aranceles o restricciones para cumplir con el particular y extraño deseo de EEUU para reducir su déficit comercial. En lo que se refiere al objetivo estadounidense de eliminar el Capítulo 19, de resolución de conflictos por dumping y subsidios, así como cláusulas similares en los capítulos 11 y 20, tanto Canadá como Mexico defienden que estos mecanismos generan certidumbre, de ahí que el equipo canadiense se cierre en banda a su disolución y México exija un sistema alternativo.

Al mismo tiempo, otro asunto en la agenda de alto interés para México y Canadá, el de presionar a EEUU para que relaje sus normativas del ‘Compra América’ en las contrataciones públicas y de acceso a productos y servicios mexicanos y canadienses para optar, al menos, a la posibilidad de competir con sus pares estadounidenses, también quedó limitado. Y es que el gobierno estadounidense publicó un aviso pidiendo comentarios públicos sobre los costes y beneficios de los acuerdos comerciales sobre el funcionamiento de las leyes de ‘Compra América’ en la contratación pública. Un hecho que coincidió con las negociadores del TLCAN y dio a los negociadores estadounidense margen para limitar estas discusiones con sus homólogos mexicanos y canadienses, aludiendo que este tema en particular tiene un mayor alcance y no deber relegarse al TLCAN.

La delegación mexicana, integrada por alrededor de un centenar de personas, entre funcionarios, técnicos así como miembros empresariales, senadores y congresistas, han defendido durante cinco días que la revisión del TLCAN sólo se ratificará bajo la idea de «ganar-ganar-ganar» para las tres partes implicadas, como defendió Guajardo. Pero otras discrepancias, como los salarios mexicanos, una línea roja para el equipo negociador mexicano, también afloraron estos días, no sólo del lado estadounidense sino también del canadiense.

Con información de Reuters.

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