(Miaminews24).- Un hombre residente en Pensacola (costa noroeste de Florida) fue condenado a 30 años de cárcel por la muerte de su hijo de dos años, quien murió a consecuencia de las heridas sufridas por el agua hirviendo que le arrojaron sus padres.
Christopher Redd, de 42 años, se declaró culpable en un tribunal de la citada ciudad del cargo de “homicidio con agravantes de un niño”, recogió el diario Pensacola News Journal.
En enero pasado, Jennifer Perry, de 32 años y madre del niño, se había declarado culpable del cargo de asesinato en primer grado, delito por el que fue sentenciada a cadena perpetua.
Los padres del menor habían sido arrestados en julio del año 2014 por la muerte de su hijo Bryson Redd, al que le arrojaron una olla de agua hirviendo.
En una primera declaración, ambos dijeron a la Policía que creían que fue un hermano del niño el que le había causado las quemaduras con agua hirviendo; pero, en un segundo interrogatorio, Perry confesó que “tenía en sus manos una olla de agua hirviendo” cuando sucedió el incidente.
La madre retrasó cualquier tipo de atención médico porque temía que el Departamento de Niños y Familias del estado investigara el caso y tomara bajo su custodia a sus otros hijos.
Pena de muerte
Tanto Perry como Redd afrontaban en un principio una posible sentencia de muerte, pero la Fiscalía decidió no presentar la petición de pena capital tras ser puestas en cuestión en el estado las leyes sobre la pena de muerte.
Perry había acordado con la Fiscalía reconocer el cargo que se le imputaba a cambio de que se retirase la recomendación de la pena de muerte en su caso, como así fue.
Fuente: EFE