Nawaz Sharif, el empresario que no pudo terminar de gobernar Pakistán

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(Miaminews24).- El empresario Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana de Pakistán-N (PML-N), ganó tres elecciones nacionales y otras tantas veces juró el cargo como primer ministro, pero en ninguna de ellas acabó su mandato.

Sharif, de 67 años, dimitió hoy después de que el Tribunal Supremo de Pakistán decidiese inhabilitarlo al considerarlo «desonesto» por las sociedades de su familia en paraísos fiscales desvelados en los Papeles de Panamá.

El fallo puso a fin a un proceso que comenzó el 1 de noviembre, cuando el Supremo admitió a trámite las denuncias de la oposición en contra de Sharif, que reconoció que sus hijos a poseían las compañías y propiedades en Londres, pero hasta el último momento rechazó cualquier irregularidad y la posibilidad de dimitir.

Gran empresario y con reputación de pragmático e islamista moderado, Sharif deja el poder por tercera vez tras hacerlo antes en 1993 y en 1999, y después de sobrevivir a numerosas acusaciones de corrupción en el pasado, pasar por la cárcel, el exilio y realiza las primeras pruebas nucleares del país.

Nacido el 25 de diciembre de 1949 en una acomodada familia de industriales en Lahore (este), Mohamed Nawaz Sharif se convirtió en primer ministro tras ganar las elecciones de 1990 y de 1997, y se alternó dos veces en el poder con Benazir Bhuto, asesinada en 2007, en la llamada década democrática.

En 2013 ganó de nuevo los comicios en la primera transición democrática entre dos gobiernos elegidos en las urnas en 2013, tras los cuatro golpes de Estado militares desde 1947.

Su primer mandato, entre noviembre de 1990 y julio de 1993, acabó con la disolución del Gobierno por el entonces presidente del país Ghulam Ishaq Khan, lo que llevó a unas elecciones en las que se impuso Bhuto.

La primera mujer en ser primera ministra en un país musulmán tampoco acabó su mandato y Sharif se impuso de nuevo en los comicios de 1997.

Ese Gobierno se extendió entre febrero de 1997 y octubre de 1999, y acabó con el golpe de Estado protagonizado por el entonces jefe del Ejército, Pervez Musharraf.

El 28 de mayo de 1998, Sharif efectuó unas pruebas nucleares en respuesta a unos ensayos de la India que se habían realizado dos semanas antes: había nacido la primera bomba atómica islámica.

También dirigió el país durante el conflicto de Kargil de 1999, cuando el Ejército paquistaní atacó a la vecina india y ambos países nucleares estuvieron al borde de una guerra en la disputada región de Cachemira.

Ante la presión de la comunidad internacional, Sharif se desentendió de las operaciones de sus Fuerzas Armadas y culpó a Musharraf.

El ex primer ministro trató de destituir sin éxito aprovechando un viaje al exterior del militar, quien encabezó a su vuelta un golpe militar que le depuso.

Sharif pasó 14 meses en prisión por intento de secuestro del avión en el que viajaba Musharraf y tuvo que optar entre la pena de muerte o el destierro, de forma que se exilió en Arabia Saudí, de donde volvió en 2007, cuando un tribunal sentenció que tenía «el derecho inalienable» de vivir en su país.

En las elecciones de 2008, las primeras tras la renuncia de Musharraf, Sharif no se presentó por problemas judiciales, pero su partido apoyó después de los comicios al Partido Popular (PPP), que ganó la contienda a pesar del asesinato de su líder, Bhuto, y el ascenso al poder de su viudo, Asif Alí Zardari.

Su regreso político tuvo lugar en 2013 cuando obtuvo su mejor resultado electoral al hacerse con 189 de los 342 escaños del Parlamento con una campaña centrada en la economía y la promesa de resolver los problemas energéticos del país.

Considerado por algunos analistas un islamista moderado, ha atraído parte del voto religioso, pero su gran baza ha sido su faceta de político pragmático con capacidad para enfrentarse a la crítica situación de las finanzas en el país asiático.

Con información de EFE.

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