(Miaminews24).- Una noche de perros, unos amigos en la carretera, un malentendido sobre el precio de una casa alquilada en Airbnb. Quizá uno de eso momentos de tensión en el que salen a la luz los demonios de cada cual. La dueña de la casa no pudo contenerse y lo soltó: “No te lo alquilaría aunque fueras la última persona sobre la Tierra. Una palabra lo dice todo. Asiática”.
Sucedió en la noche del 17 de febrero pasado. Se resolvió definitivamente el pasado jueves, 13 de julio, cuando el Departamento de Empleo y Alojamiento Justo de California llegó a un acuerdo con esta señora por el cual accede a pagar una multa de 5.000 dólares, escribir una disculpa personal hacia la clienta insultada, acudir a un curso universitario de estudios asiático americanos, participar en un panel de educación comunitaria, hacer trabajos de voluntaria en alguna organización de derechos civiles y comunicar al Departamento cualquier información sobre sus alquileres durante cuatro años.
El mensaje original de Suh en la noche de los hechos.
Eso, solo por el lado oficial. Además, Airbnb la ha vetado de por vida en su plataforma de alquileres.
Vuelta a aquella noche. El viernes, 17 de febrero, una joven llamada Dyne Suh, estudiante de Derecho en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), iba con tres amigos a pasar la noche en Big Bear, una montaña a una hora al Este de Los Ángeles. Habían alquilado una casa a través de Airbnb. La carretera estaba hecha un desastre. Este invierno ha caído tanta lluvia y nieve en las montañas de California que ha acabado con cinco años de sequía.
En plena noche, cuando estaban ya “a tres minutos de la casa”, según contó la propia Suh en su página de Facebook en ese momento, la dueña les canceló la reserva “por racismo puro y duro”.
Suh asegura que hizo la reserva un mes antes para dos personas. Antes de subir, preguntó a la dueña, identificada como Tami Barker, si podían sumarse dos amigos más con dos perros, pagando el suplemento que fuera necesario. La dueña dijo que no había problema. Pero en el momento en que le dijo que estaba de camino y le preguntó si estaba bien que le pagaran en efectivo. Entonces Barker contestó que de ninguna manera podían quedarse. Estaban delante de la casa, de noche, en medio de la nevada más grande que ha visto California en años.
La conversación, que está por escrito a través del sistema de mensajes de la aplicación de Airbnb, sigue con la dueña diciendo: “Si te crees que cuatro personas y dos perros van a conseguir una casa en Big Bear por 50 dólares la noche en el fin de semana con más actividad del año estás completamente drogada”. Suh le dice que va a contactar con Airbnb inmediatamente. “Hemos terminado”, dice Barker. Y añade: “Eres una timadora”.
Entonces, Suh le recuerda que fue ella quien accedió por escrito a los dos huéspedes extra. Y la respuesta, en dos mensajes, fue: “No te lo alquilaría aunque fueras la última persona sobre la Tierra. Una palabra lo dice todo. Asiática”. Y sigue: “Quieren algo a cambio de nada”. Y no acaba ahí. Cuando Suh dice que va a contactar inmediatamente a Airbnb, la señora suelta: “Por esto tenemos a Trump”, en referencia al presidente de Estados Unidos. Suh es ciudadana norteamericana.
Todo esto está en YouTube y en Facebook. Porque la casualidad hizo que sucediera justo al lado de un equipo de televisión de la emisora local KTLA. El reportero Steve Kujz los entrevistó allí mismo con su teléfono e hizo una pieza con el asunto unos días después. El vídeo en el que Suh cuenta lo que le acaba de pasar, llorando en medio de la nevada, ha sido visto millones de veces en YouTube y fue lo que dio lugar a la investigación del Gobierno californiano, porque en California hay una multa mínima de 4.000 dólares por discriminación en el alojamiento.
El jueves, Suh publicó en su página de Facebook que está “muy contenta de que la resolución de este caso incluya tomar un curso de estudios asiático americanos”. “Espero que más víctimas de discriminación se animen a contar sus propias historias”.
El acuerdo alcanzado el jueves es la primera multa del Departamento de Empleo y Alojamiento Justo contra un anfitrión de Airbnb. Según el comunicado oficial, la compañía se comprometió este año con el Departamento a investigar a algunos de sus anfitriones y a comunicar a los clientes que tengan quejas de ese tipo que pueden dirigirse al Gobierno californiano.
Con información de EL PAÍS.
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