(Miaminews24).- A principios de mes, José Ontiveros, de 58 años, vendía tacos con su camión “La ilusión” a las afueras de un club en el norte de Texas. Era de madrugada cuando presenció cómo dos adolescentes robaban a un hombre en el estacionamiento.
Intentó auxiliarlo, pero le dispararon y falleció días después en el hospital.
Autoridades creen que un grupo de adolescentes realizó una serie de crímenes en los que buscó a hispanos para robarlos porque “tienen dinero y no llaman a la policía”, según confesó uno de ellos a las autoridades, que han realizado varios arrestos.
Los adolescentes cometieron los ataques en grupos de dos y cuatro, en estacionamientos, calles y jardines, reportó el diario Star-Telegram de Fort Worth.
“Suelen manejar hasta que identifican a alguien que les parece un buen blanco y entonces van y lo asaltan”, dijo el sargento Mike Decker, citado por la publicación.
El oficial señaló que los sospechosos son jovencitos afroamericanos. La investigación continúa.
Inmigrantes indocumentados que trabajan como jornaleros y en otros oficios informales suelen ser blanco fácil de malhechores porque llevan efectivo y muchas veces temen acudir a las autoridades.
Activistas en Texas advierten que el miedo a reportar crímenes se intensificará una vez entre en vigencia la ley antisantuario SB4, que permite a la policía indagar sobre el estatus migratorio de cualquier persona detenida.
La ley excluye a las víctimas de un crimen, pero políticos y otros que se oponen a la nueva legislación, que arrancará el 1 de septiembre, consideran que sembrará desconfianza entre los agentes del orden y la comunidad hispana.
Con información de Univision.
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