(Miaminews24).- Los nuevos propietarios de la Formula 1 buscan fórmulas para aumentar el atractivo del ‘gran circo’ y convertirlo en un deporte global. La conquista del mercado norteamericano es una de sus prioridades.
Conquistar el mercado estadounidense es una de las prioridades de Liberty Media, nuevo dueño de la Formula 1 tras pagar 8.000 millones de dólares al fondo CVC. Chase Carey, ex vicepresidente de Century Fox y hombre de confianza del magnate Rupert Murdoch, se ha convertido en el primer ejecutivo de la Formula 1 y quiere organizar un gran premio en ciudades como Miami o Nueva York. Para Carey «es genial» contar con una escudería norteamericana. «La rica historia europea de la Formula 1 es tremendamente importante para nosotros y queremos aprovechar eso, pero este es un deporte con una base de fans global. Me encantaría tener un equipo chino con un piloto chino o un equipo norteamericano con un piloto estadounidense», señala en un reportaje publicado hoy por Financial Times .
El objetivo de conquistar el mercado estadounidense
Esto está un poco más cerca gracias al empresario norteamericano Gene Haas. Entrar en un deporte tan ferozmente competitivo como la Formula 1 es extremadamente difícil. Haas lo logró el año pasado. Y no solo eso, su escudería Haas Formula 1 tuvo un estreno destacado y acabó undécima en la competición de constructores compitiendo con dos monoplazas equipados con motores de Ferrari. Su desembarco, no obstante, ha estado salpicado por la polémica.
Las reglas de la Formula 1 permiten a los equipos comprar a otros constructores los motores del coche. De hecho, Ferrari y Mercedes impulsan a algunos de sus rivales, incluidos el equipo de Haas Formula 1 y el de Force India. No obstante, antes de que el empresario estadounidense llegara al paddock, la norma era que cada escudería debía construir el resto del coche, lo que incluía todos los componentes del vehículo, desde el chasis hasta los frenos, pasando por la dirección, la ventilación y la aerodinámica del monoplaza.
Para Haas, que antes de recalar en la Formula 1 contaba con un equipo en la Nascar estadounidense, la obligación de tener que construir su propio vehículo no tenía ningún sentido. Lo veía como una excentricidad basada en las raíces parcialmente británicas de la Formula 1. «Nuestra interpretación fue que todos esos componentes se podían comprar. Lo compraremos, lo alquilaremos o haremos lo que tengamos que hacer para poder competir», explica Haas al FT. En la práctica esto significa que sus coches no solo están equipados con motores Ferrari, también incorporan un chasis fabricado por Dallara, proveedor italiano de vehículos para la Indy car y la Formula 3. Después de estudiar la normativa de la Formula 1 al detalle, Haas y su equipo llegaron a la conclusión de que podían cumplir la normativa si fabricaban el resto del coche, algo que no ha convencido al resto de equipos.
Haas amasó
Tiene la fortuna necesaria para montar un equipo de Formula 1 gracias a su empresa Haas Automation, dedicada a la fabricación de herramientas e instrumentos de mecanización para hacer piezas. Con sede en Oxnard (California, EEUU) la compañía se ha convertido en el mayor fabricante estadounidense de máquinas herramienta para el sector metal mecánico y su propietario ha visto en la Formula 1una oportunidad para comercializar la marca a nivel mundial.
Antes de poder competir con su propia escudería en el ‘Gran Circo’ de la Formula 1, Haas ha recorrido un largo y costoso camino. El presupuesto que manejan los mejores equipos de la competición, Ferrari y Mercedes-Petronas, supera los 300 millones de dólares. Más del doble de los 130 millones presupuestados por el equipo norteamericano. Construir un coche capaz de competir de tú a tú con los mejores requiere al menos cuatro años ‘quemando’ dinero a un ritmo elevado. La escudería Red Bull, propiedad del multimillonario austríaco Dietrich Mateschitz, gastó más de 1.000 millones de dólares desde que debutó en la Formula 1en 2005 hasta que logró alcanzar a los tres primeros en 2009. Parte de ese presupuesto se va en la mano de obra que necesita el equipo para construir un monoplaza. La visión del equipo de Haas es distinta. «Nosotros no tenemos que construir el vehículo entero. Tal vez otras escuderías como Mercedes cuenten con 1.200 empleados. Nosotros solo tenemos 140, pero no necesitamos más», explica Kevin Magnussen, uno de los pilotos de Haas Formula 1.
Durante los 40 años que ha durado el mandato de Bernie Ecclestone son muchos los equipos que han desaparecido de la Formula 1, incluidos Honda, BMW, Caterham, HRT y Manor. Eso da mayor importancia a la llegada al paddock de Haas. Contar con una escudería estadounidense en un deporte europeo como la Formula 1 supone una rareza y una oportunidad de crear afición en EEUU, el mayor mercado audiovisual del mundo. La Formula 1, pues, tiene motivos más que suficientes para alentar a Haas y esperar que sus pilotos puedan conquistar el podio de los ganadores a corto plazo.
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