(Miaminews24).- Lejos de conformarse con salir en las fotos oficiales, Ivanka Trump se ha abierto paso en el centro de poder de la Casa Blanca, con una influencia creciente que puede ayudar a moderar las posiciones de su padre, pero también despierta dudas éticas sobre nepotismo y conflictos de interés.
Cuando Donald Trump asumió el poder en enero, Washington coqueteaba con el rumor de que su fotogénica hija mayor podría sustituir a su reacia esposa, Melania, en el papel de primera dama.
A Ivanka incluso le preguntaron, durante una entrevista en enero, si tendría una oficina en el ala este de la Casa Blanca, reservada a la primera dama. Nadie sabía, por entonces, que la empresaria de 35 años ya tenía reservado un espacio en la cotizada ala oeste, a pocos pasos del Despacho Oval.
Esa oficina va acompañada de un permiso para acceder a información confidencial y a dispositivos gubernamentales de comunicación, según reveló esta semana su abogada, Jamie Gorelick. Para no violar las leyes sobre nepotismo, la “primera hija” no recibirá un salario ni tendrá un cargo formal, pero asesorará a Trump en todo tipo de temas, aseguró Gorelick a la revista Politico.
La noticia culmina una lenta conquista de poder que la hija favorita de Trump ha protagonizado desde el triunfo electoral de su padre en noviembre: ese mismo mes, Ivanka participó en una reunión con el líder japonés, Shinzo Abe, a pesar de los posibles conflictos de interés derivados de su empresa de ropa.
Fuente: EFE
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