(Miaminews24).- Solían vivir en la calle, vistiendo trapos sucios y pasando hambre, muchos de ellos víctimas de adiciones al alcohol o a las drogas y presos en un círculo vicioso de frustraciones, indignidad y desamparo.
Pero unos 144 de ellos estuvieron congregados en el estadio de los Marlins de Miami el sábado, vistiendo togas y birretes negros de graduación, en una ceremonia que marcaba la culminación de un programa de superación personal que les preparaba para reconstruir sus vidas.
“Este ha sido un largo recorrido para mí [pero] quiero que todos ustedes sepan, que sí se puede lograr, sí se puede alcanzar la meta, así que nunca se rindan”, confesó Michael Parks, uno de los jóvenes que habían completado el programa de rehabilitación del Miami Rescue Misión (MRM), y quien junto a sus compañeros estaban en vías de reincoporarse a la sociedad.
La mayoría de los graduados que recibieron diplomas el sábado tenían historias similares. Algunos de ellos habían sucumbido al vicio y al alcoholismo o las drogas y terminaron destruyendo sus vidas y lastimando a sus seres queridos.
“Muchos ya habían renunciado a la vida, y se encontraban en la calle por algún tiempo”, explicó Marilyn Brummitt, vicepresidente del Programa de Avance y Desarrollo del Miami Rescue Mision.
También terminaron siendo un alto costo para la sociedad.
“La persona que está en la calle termina costándole al condado entre $30,000 y $40,000 al año. Y eso se debe a los costos adicionales de limpieza, y los problemas a la salud pública que generan, además de otras situaciones que causan”, dijo Brummitt.
“Ahora estos hombres y mujeres, están protagonizando un cambio radical en sus vidas y se están incorporando a la sociedad para contribuir en ella. No solo estas personas están viendo una transformación de sus corazones y de sus vidas, para dejar de ser una carga para la sociedad y convertirse más bien en contribuyentes”, agregó.
Entre quienes vestían de toga el sábado había mujeres que terminaron en la indigencia para escapar situaciones de violencia doméstica. Muchas de ellas ingresaron al programa de rehabilitación padeciendo de cuadros de depresión y baja autoestima.
Para los hombres, el alcoholismo y la drogadicción suelen estar entre las principales aflicciones a superar.
En algunos casos, los graduados ser acercaron por primera vez al MRM buscando alimentos o algún tipo de ayuda material.
Pero luego se dieron cuenta que la agrupación cristiana ofrece mucha más ayuda.
Fuente: El Nuevo Herald
Por: Antonio Maria Delgado
Miaminews24.