(Miaminews24).- La cita, por primera vez en Miami, fue surrealista: Un campo de béisbol convertido en autódromo. En lugar de grama, asfalto. La meta estaba entre segunda y tercera base. Los participantes eran pilotos de diferentes clases: NASCAR, Fórmula Uno, IndyCar, Le Mans, Rally y Motocross.
Los colombianos Juan Pablo Montoya y Gabby Chaves, pilotos de IndyCar, se metieron en semifinales en el cierre de la Carrera de Campeones, pero al final prevaleció el alemán Sebastian Vettel, tetracampeón de Fórmula Uno, el domingo en el Marlins Park en la Pequeña Habana.
La competencia fue sábado y domingo. El sábado, Montoya había ganado la jornada individual; y el domingo la batalla fue por equipos: los representantes de Estados Unidos contra los del Resto del Mundo.
Fue la XXVIII edición de la Carrera de Campeones y para los pilotos es una manera de empezar sin muchas presiones la nueva temporada. Hay mucho sentido de diversión. Incluso el segunda base de los Marlins Dee Gordon se montó en uno de los bólidos y dio una vuelta al circuito en el coche conducido por Ryan Hunter-Reay.
“Pero siempre hay el espíritu competitivo que tiene cada piloto”, comentó Chaves, quien creció en Weston y se forjó corriendo en el autódromo de Homestead; en el 2015 fue el Novato del Año en IndyCar. “Ha sido una experiencia maravillosa correr con Juan Pablo [Montoya] y aprovechar sus conocimientos. Siempre es emocionate correr en el área donde uno creció”.
Vettel avanzó a la final pese a que tuvo que correr solo el domingo, porque su compañero Pascal Wehrlein se retiró por consejo de los médicos tras sufrir un aparatoso accidente el sábado. Luego de chocar por atrás con el bólido del brasileño Felipe Massa, se estrelló contra una baranda y se dio vuelta de campana. Aunque salió del auto por sus propios medios y caminó hacia la zona de seguridad saludando al público en las tribunas, había sufrido un golpazo.
De esta manera, Vettel recibió toda la carga frente a los hermanos campeones de NASCAR Kyle (2015) y Kurt Busch (2004), quienes defendían al equipo de EEUU en la final.
“Pude encontrar mi ritmo”, afirmó Vettel, el campeón más joven en la historia de la F-1 cuando se adueñó del título a los 23 años de edad. El sábado había estado perdido. “A veces las cosas no salen bien, pero en esta oportunidad todo funcionó”.
Los pilotos celebraron con gran entusiasmo sus conquistas y dejaron aflorar su fuego sagrada. Esto permitió que las alrededor de 7,000 personas que estaban en las tribunas disfrutaran un jornada vibrante.
“Se nos ocurrió la idea de mover la carrera a América, luego de que en la edición del 2016 en Londres se hizo bajo un clima muy frío”, comentó el y fundador y presidente de la Carrera de Campeones Fredrik Johnsson. “Y no ha habido mejor elección que Miami”.
Es probable que está no haya sido la única vez que esta cita se realice en la Ciudad del Sol.
“Tenemos la opción de regresar”, afirmó Johnsson. “Es difícil atraer a la gente la primera vez que uno orhganiza algo. Tomaremos la decisión más adelante, pero definitivamente es posible”.
Por:
/ EL Nuevo Herald