(Miaminews24).- Las compañías de determinados sectores que podrían verse beneficiadas por el triunfo del candidato republicano.
Uno de los principales beneficiados por la llegada del nuevo inquilino en la Casa Blanca sería el sector de la construcción. «Trump es percibido como defensor del gasto en infraestructuras», destaca un informe de UBS. No en vano, en campaña electoral prometió que su gasto en infraestructuras «duplicaría al propuesto por Hillary Clinton», por lo que, de materializarse, podría dispararse por encima de los 550,000 millones de dólares en los cinco próximos años -el programa de la candidata demócrata preveía un desembolso de 275,000 millones de dólares en el período-.
Esta propuesta, de llevarse a cabo, elevaría la cartera de pedidos de las constructoras en suelo americano. Las estadounidenses celebraron el triunfo de Trump con un rebote del 8%, convirtiéndose en el segundo sector más alcista del S&P 500, solo superado por las acereras, que se dispararon un 12%. Estas últimas se han visto beneficiadas por dos motivos: por un lado, al igual que el resto de compañías del sector de recursos básicos, ven aumentar su demanda por el repunte de la actividad inmobiliaria y, además, se encuentran con el viento de cola de la mano de la imposición de aranceles al acero chino, tal y como señala un informe de Lombard Odier.
Las biotecnológicas, al alza
Las firmas del sector de la biotecnología han celebrado el error de unas encuestas que preveían la victoria de Hillary Clinton, con un avance superior al 7%. Como recoge un informe de Orey, «Hillary Clinton defiende la regulación y las medidas para controlar los altos precios de los medicamentos». Tendencia a la que se suman desde Morgan Stanley, al señalar que la candidata demócrata era «percibida como una mayor amenaza para la industria farmacéutica que Donald Trump».
No en vano, los mensajes beligerantes de Clinton en contra de que la subida de precios del Epipen (un fármaco que combate alergias severas) «pudiese marcar la diferencia entre la vida y la muerte» habían provocado que las acciones de las firmas del sector sufriesen, de media, una caída del 20% desde entonces.
Otro sector que podría salir beneficiado con la irrupción de Donald Trump en el Despacho Oval es el bancario. Las grandes entidades estadounidenses han reaccionado a los resultados electorales con avances cercanos al 4%, movidos, fundamentalmente, por la posibilidad de que, tal y como destacan desde Credit Suisse, «Trump sea menos intervencionista en materia de regulación».
En este sentido, un informe de Moody’s prevé n que Trump decida abordar la suspensión de la Ley Odd-Frank promulgada por la Administración Obama en el año 2010, que pretendía reducir la toma de riesgos por parte de los bancos y proteger al consumidor. La agencia señala que esta medida «podría permitir una reducción de los gastos que tienen que afrontar los bancos por las demandas recibidas, lo que tendría implicaciones positivas para el crédito». Añaden que «también reduciría sus requisitos de capital, permitiéndoles elevar su dividendo o recomprar acciones».
Además de la menor regulación, la presión inflacionista por los planes de estímulo promovidos por Trump también podría jugar a favor de la banca. «El sector financiero podría comportarse mejor que el mercado en el medio plazo gracias a que un repunte de la inflación provoque un aumento en la pendiente de la curva de rendimientos» señalan desde BlackRock.
La relajación de la presión fiscal en Estados Unidos podría jugar a favor de las tecnológicas. «Los principales temas de campaña de Trump sugieren buenos resultados para los valores tecnológicos por la oferta de amnistías fiscales para la repatriación de beneficios obtenidos en el extranjero» destacan desde Lombard Odier. El gravamen a esta práctica, que actualmente asciende al 35% y que ha supuesto un motivo de disputa con Apple a raíz de la tesorería que acumula en el extranjero, podría verse rebajada en el futuro, ya que Donald Trump prometió en campaña que lo reduciría hasta el 10%.
Vuelta de tuerca a la energía
En el apartado de la energía, aquellas empresas expuestas a las fuentes convencionales son las claras vencedoras. «Las compañías vinculadas a las energías fósiles deberían beneficiarse de un entorno más favorable para ellas, mientras que las renovables podrían exponerse a una mayor presión» por la reducción de incentivos, comentan desde Investment Solutions & Products. Desde Orey destacan, además, que «Trump defiende la ampliación del acceso a las plataformas de crudo offshore«, lo que permitiría disparar en bolsa a las compañías.
El sector de la defensa se encontrará con el viento de cola soplando desde dos frentes. Por un lado, impulsados por las pretensiones de un mayor protagonismo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en el exterior que defiende el nuevo presidente estadounidense. Por otro, «la previsión de que el presupuesto dedicado a la defensa por parte de los países europeos aumente como consecuencia de las exigencias de Donald Trump, que reclama una mayor distribución de la carga entre los Estados miembro» señalan desde Investment Solutions & Partners.
Fuente: Economiahoy