(Miaminews24).- Varios de los afectados por Matthew en Haití, ya tenían poco antes del paso del huracán y ahora queda mucho menos según lo que ellos mismos relatan.
Jean-Baptiste, una abuela que vive con sus tres hijas y sus nietos en una casa de una sola habitación en la devastada localidad de Jeremie, buscaba el viernes entre los restos de su vivienda tres días después de que el meteoro arrasara el suroeste del país.
No quedaba demasiado. La marejada provocada por la tormenta superó la carretera y anegó todo lo que tenía en un agua salada que le llegó hasta la cintura, estropeando el arroz y el azúcar que vende en el mercado para mantener a su familia. Después, el viento arrancó el tejado de la vivienda.
«La tormenta fue lo más aterrador que nos ha pasado nunca aquí», dijo.
Muchos de sus vecinos atraviesan una situación tan precaria como la suya tras el paso del huracán, que además causó cientos de muertos. Se estima que al menos 350.000 personas necesitan algún tipo de asistencia en la que quizás sea la peor crisis humanitaria en el país desde el devastador terremoto registrado en enero de 2010.
Katrina Legner, de 23 años y madre de dos hijos, vio también como la tormenta destruía su pequeña casa de bloques de concreto antes de huir a casa de un primo, que también se inundó. «Tenemos muy poca comida y me estoy preocupando», dijo.
En medio del sufrimiento, la ayuda comenzó a llegar a la localidad costera de Jeremie, donde miles de viviendas quedaron afectadas o destruidas y muchos se enfrentan a la escasez de comida y a un riesgo cada vez mayor de un brote de cólera. Docenas de jóvenes acudieron a la pequeña pista de aterrizaje junto a la costa para ver como un helicóptero descargaba cajas de alimentos y agua.
«Mi casa está totalmente destrozada y escuché que estaban trayendo comida», dijo Richard David, de 22 años y uno de los que acudió al aeropuerto. «Hoy no he tomado nada más que agua y tengo hambre»
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