(Miaminews24).-El sepelio organizado en Jerusalén logró lo que muchos líderes del mundo no habían conseguido en más de seis años: que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, estrechara en Israel la mano del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, presente en el cementerio nacional del monte Herzl.
Shimón Peres, expresidente israelí y premio Nobel de la Paz, cabalgó simbólicamente después de muerto este viernes en su propio funeral.
Ambos dirigentes se saludaron y hablaron brevemente poco antes de que diera comienzo el funeral que se celebra hoy en el Monte Herzl de Jerusalén, donde están enterrados los «Grandes de la Nación».
Fue un hermoso gesto de, por ahora, impredecibles consecuencias diplomáticas. Pero después de la ruptura de las negociaciones israelo-palestinas en abril de 2014, la imagen del saludo entre ambos dirigentes parecía difícil de repetirse.
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