Al actor Robin Williams le quedaban solo tres años de vida y sufría demencia no diagnosticada cuando se suicidó, según ha informado su viuda, Susan Schneider. “La demencia de Cuerpos de Lewi mató a Robin. Es una guerra química en el cerebro, y no podemos encontrarla hasta que alguien muere, definitivamente. No hay cura”, señaló. “He pasado este último año tratando de averiguar lo que mató a Robin.
Para entender contra lo que estábamos luchando, y uno de los médicos dijo: ‘Robin estaba muy consciente de que estaba perdiendo el juicio, y no había nada que pudiera hacer al respecto’”. “No fue la depresión lo que mató a Robin. Depresión fue una de, llamémoslo 50 síntomas, y era una pequeña depresión”, agregó Susan.
Schneider aprovechó para decir que no culpaba a su marido por quitarse la vida: “Tengo que decirle, te perdono 50 mil millones de veces, con todo mi corazón. Tú eres el hombre más valiente que he conocido… Tú lo sabes, estábamos viviendo una pesadilla”.