Los aspirantes a la candidatura del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 2016 que debatieron esta noche en Cleveland (Ohio) se mostraron duros contra el aborto, pero rebajaron el tono con respecto al matrimonio homosexual, legalizado recientemente por el Tribunal Supremo.
Los aspirantes Jeb Bush, exgobernador de Florida; Marco Rubio, senador por Florida; y Donald Trump, magnate inmobiliario, se posicionaron contundentemente como «provida» y Trump, a quienes algunos acusan de tener posiciones más liberales en cuestiones sociales, aseguró que «odia el aborto».
Bush recordó que como gobernador de Florida eliminó fondos de Planned Parenthood, una organización de planificación familiar sin ánimo de lucro, y que fomentó que se aumentasen las adopciones, por lo que calificó su historial personal de «completamente provida».
A Bush le preguntaron los moderadores por su etapa en la fundación filantrópica del millonario y exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que donó fondos a Planned Parenthood, a lo que el exgobernador de Florida respondió que no conocía esas donaciones y que él no votaba los programas individualmente.
Por su parte, Marco Rubio aseguró que «todas las vidas humanas, en todas sus etapas, merecen protección», independientemente de «si pueden hablar o no, de si pueden contratar a un abogado o no».
El debate sobre el aborto, uno de los temas que más polariza la opinión pública en el país, se ha reactivado al conocerse que Planned Parenthood vende tejido de fetos abortados para propósitos de investigación.
La polémica tiene su origen en cuatro vídeos grabados con cámara oculta y editados por un grupo antiabortista, en los que miembros de Planned Parenthood hablan sobre la venta a investigadores médicos del tejido de los fetos abortados en sus clínicas.
En contraposición a la dureza mostrada contra el aborto, los aspirantes conservadores se mostraron mucho más suaves con respecto al matrimonio homosexual, legalizado el 26 de junio por el Tribunal Supremo en una decisión histórica que anuló la potestad de los estados para prohibir las uniones entre personas del mismo sexo.
«Fui a una boda de un amigo mío que es gay. Si una de mis hijas fuese lesbiana, por supuesto que la amaría y la aceptaría. Hay que tratar a todo el mundo con respeto. Amaré a mis hijas independientemente de lo que hagan», respondió el gobernador de Ohio, John Kasich, a la pregunta de si aceptaría que una de sus hijas fuese lesbiana.
El senador por Kentucky Rand Paul, de tendencia libertaria, dijo que no quiere que «su matrimonio o sus armas estén registradas en Washington», e insistió en que el Gobierno no debe interferir en las creencias religiosas.
El primer debate entre los diez aspirantes mejor situados para ser el candidato del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de 2016 se llevó a cabo hoy en Cleveland (Ohio) en medio de una gran expectación mediática. EFEUSA