Tiroteo tras tiroteo, víctima tras víctima, EE.UU. parece haberse dado por vencido en su agotador debate por controlar en manos de qué enfermos mentales o ex convictos caen peligrosos rifles o pistolas capaces de sembrar un horror contra el que la opinión pública parece haberse inmunizado.
«Este es el momento de rezar, de sanar las heridas. Ya habrá tiempo para esos debates», zanjó al ser preguntado sobre el control de armas el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, famoso por una frase pronunciada hace tres años: «En Luisiana y en todo EEUU, amamos las armas y la religión».
Fuente EFE